¿El futuro del dinero o el dinero del futuro? Por qué todos los países deberían adoptar Bitcoin
Así como las naciones ricas en petróleo dieron forma a la economía del siglo XX, las naciones ricas en Bitcoin podrían dar forma al siglo XXI.
Por ILAN ALON, JOEL ZAMEL Un entusiasta del BITCOIN participa en la inauguración del Plan B Forum El Salvador, en San Salvador.(photo credit: JOSE CABEZAS/REUTERS)
No hace mucho tiempo, la idea de que un país adoptara Bitcoin como parte de su estrategia nacional era recibida con escepticismo, si no con ridículo. Hoy, naciones desde América Latina hasta Oriente Medio no solo están abrazando Bitcoin, sino que lo están integrando en sus marcos de seguridad económica. El orden financiero global está cambiando, y los países que actúen ahora cosecharán enormes beneficios, mientras que aquellos que duden se encontrarán económicamente superados.
La adopción de Bitcoin presenta dos propuestas de valor radicalmente diferentes dependiendo de si eres una nación en desarrollo o desarrollada. Para las economías emergentes, Bitcoin es una herramienta para la inclusión financiera y la independencia monetaria. Para las naciones desarrolladas, es una protección contra la estancamiento económico y un instrumento de soberanía financiera.
En las naciones en desarrollo, como Argentina, Nigeria o incluso Líbano, Bitcoin ofrece un camino para escapar de la devaluación de la moneda, la inflación descontrolada y la dependencia excesiva de las instituciones financieras occidentales. Muchos de estos países sufren de una gestión económica crónica inadecuada, con bancos centrales corruptos, manipulados políticamente o simplemente incapaces de mantener la estabilidad monetaria. Los ciudadanos de estas regiones ya están votando con sus billeteras, pasándose a Bitcoin como reserva de valor y una alternativa al sistema bancario fallido.
Para las naciones desarrolladas como Estados Unidos, Alemania o Japón, el atractivo es diferente. Estas economías dominan el sistema financiero actualmente, pero están surgiendo grietas. Con el aumento de las deudas nacionales, las presiones inflacionarias prolongadas y la utilización de la infraestructura financiera como arma (como se vio en el congelamiento de las reservas rusas), Bitcoin representa una Cúpula de Hierro financiera: un activo descentralizado e incautable que asegura la soberanía monetaria a largo plazo.
Las naciones en desarrollo deben adoptar Bitcoin
Para muchas economías emergentes, Bitcoin no es un lujo, es una necesidad. Cuando El Salvador convirtió a Bitcoin en moneda de curso legal en 2021, muchos críticos lo desestimaron como un experimento mal aconsejado. Sin embargo, desde entonces, El Salvador ha visto un aumento del 30% en el turismo, nuevas corrientes de inversión extranjera y, lo más importante, una mayor resiliencia económica.
Consideremos Argentina, donde la inflación superó el 100% anual. Bitcoin ya se está utilizando de manera informal como protección contra el colapso del peso. La carga de deuda en dólares estadounidenses del país dificulta trazar un rumbo económico independiente, pero Bitcoin podría permitir a Argentina evitar depender del dólar, diversificando su exposición económica.
O tomemos el caso de Nigeria, donde millones de personas permanecen sin acceso a servicios bancarios pero poseen teléfonos inteligentes. Bitcoin ofrece un medio para ahorrar, enviar y recibir dinero sin las tarifas y restricciones impuestas por las instituciones financieras tradicionales. Con la población joven y tecnológicamente hábil de Nigeria, el país podría posicionarse como el centro de Bitcoin en África, atrayendo inversión y avanzando rápidamente hacia la era financiera digital.
Una representación de bitcoin se ve en una foto de ilustración tomada en La Maison du Bitcoin en París, Francia, 23 de junio de 2017. (credit: REUTERS/Benoit Tessier/File Photo)
El dilema de Bitcoin en el mundo desarrollado
Para Estados Unidos y Europa, la conversación sobre Bitcoin se centra más en mantener el dominio financiero. El mundo se está alejando gradualmente de la hegemonía del dólar, ya que países como China, Rusia y Arabia Saudita buscan sistemas de liquidación alternativos. El aumento de reservas basadas en Bitcoin en fondos soberanos y bancos centrales podría desafiar el dominio del dólar en la próxima década.
Luego está el tema de la seguridad financiera. La congelación de $300 mil millones en reservas extranjeras rusas por Occidente en 2022 envió ondas de choque a través del sistema financiero internacional. Si esto le puede suceder a Rusia, ¿quién será el próximo? ¿Israel, Taiwán e incluso naciones europeas bajo el clima político equivocado? Bitcoin ofrece un sistema paralelo donde ninguna autoridad central, ni el Sistema de la Reserva Federal de EE. UU. ni el Banco Central Europeo, puede congelar o confiscar estos activos.
Mientras tanto, la innovación avanza a un ritmo vertiginoso. Estados Unidos ha sido lento en adoptar la regulación de Bitcoin, mientras que lugares como Suiza, Singapur y los Emiratos Árabes Unidos se están posicionando como centros globales de Bitcoin. ¿El riesgo? Si las naciones desarrolladas sobre-regulan o no se involucran, simplemente perderán capital y talento a jurisdicciones más amigables con las criptomonedas.
Un mapa estratégico
Tanto para naciones en desarrollo como para naciones desarrolladas, Bitcoin ya no es solo una inversión especulativa, es un activo nacional estratégico. Así es como los países deberían considerar la adopción de Bitcoin de una manera que maximice la resiliencia económica:
Asignación de reservas: Los países deberían comenzar a asignar un pequeño porcentaje (5-10%) de sus reservas extranjeras en Bitcoin. Aquellos que actúen temprano se beneficiarán de la apreciación a largo plazo al mismo tiempo que se diversifican contra la devaluación de las monedas fiat [respaldadas por el gobierno].
Infraestructura de minería de Bitcoin
Las naciones ricas en recursos, especialmente aquellas con excedente de energía, deberían integrar la minería de Bitcoin en sus estrategias económicas. Países como Bután, que mina Bitcoin utilizando energía hidroeléctrica, y los Emiratos Árabes Unidos, que están aprovechando el exceso de petróleo y gas, ya están demostrando este modelo.
Regulaciones claras y asociaciones público-privadas
Los gobiernos deberían proporcionar marcos legales claros que fomenten la adopción de Bitcoin mientras protegen a los consumidores. Incentivos fiscales y asociaciones público-privadas pueden impulsar la inversión en soluciones financieras basadas en blockchain.
Inclusión financiera y banca digital
En países con grandes poblaciones no bancarizadas, las carteras de Bitcoin deberían integrarse en los servicios financieros públicos. Esto podría ser a través de carteras nacionales centralizadas o innovaciones impulsadas por el sector privado, reduciendo la dependencia de costosos servicios de remesas.
Levantamiento geopolítico
Los países que adopten Bitcoin temprano ganarán influencia en la emergente economía digital global. Así como las naciones ricas en petróleo dieron forma a la economía del siglo XX, las naciones ricas en Bitcoin podrían dar forma al siglo XXI.
Una carrera global de Bitcoin
La ventana de oportunidad para que las naciones abracen Bitcoin se está cerrando. Los primeros adoptantes se beneficiarán de costos de adquisición más bajos, mayor soberanía financiera y una ventaja competitiva en la nueva economía digital. Aquellos que retrasen su adopción se verán obligados a comprar Bitcoin a precios mucho más altos, persiguiendo en un mundo donde el poder monetario se está desplazando hacia activos descentralizados.
Las naciones en desarrollo tienen mucho que ganar, ya que Bitcoin les ofrece un camino para escapar de la represión financiera y lograr independencia monetaria. Por otro lado, las naciones desarrolladas deben ver a Bitcoin como una oportunidad para modernizar sus sistemas financieros, no como una amenaza existencial que debe ser regulada hasta la estancamiento.
La elección es clara: Actuar ahora y dar forma al futuro, o quedarse atrás y ser moldeado por él.
Ilan Alon es profesor de economía en la Universidad de Ariel, e investigador y consultor de la industria criptográfica. Joel Zamel es el fundador de Wikistrat, y un destacado defensor de aprovechar tecnologías innovadoras como Bitcoin para potenciar la seguridad nacional y la soberanía económica. Ha guiado a gobiernos y corporaciones multinacionales en previsión estratégica, percepción pública y resiliencia geopolítica.