El jefe de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, lamentó el lunes cómo el Consejo de Seguridad de la ONU no había respondido adecuadamente al conflicto entre Israel y Hamas en Gaza y a la invasión de Rusia en Ucrania, diciendo que los conflictos habían "quizás fatalmente" socavado su autoridad.
Hablando en la apertura del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, Guterres dijo que el Consejo de Seguridad de la ONU a menudo se encuentra en un punto muerto y "no puede actuar en los temas de paz y seguridad más significativos de nuestro tiempo".
"La falta de unidad del Consejo ante la invasión de Rusia en Ucrania y las operaciones militares de Israel en Gaza tras los horribles ataques terroristas de Hamas el 7 de octubre, ha socavado gravemente, quizás fatalmente, su autoridad", dijo.
"El Consejo necesita una reforma seria en su composición y métodos de trabajo".
La semana pasada, Estados Unidos volvió a vetar un proyecto de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que bloqueaba la demanda de un alto el fuego humanitario inmediato en la ofensiva de Israel contra Gaza.
Fue el tercer veto de Estados Unidos a un proyecto de resolución desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás con el ataque del grupo terrorista el 7 de octubre.
Se estima que 1.5 millones de gazatíes están apiñados en tiendas de campaña y refugios improvisados en la ciudad de Rafah en la frontera con Egipto, la mayoría de ellos habiendo huido de sus hogares más al norte para escapar de la ofensiva israelí.
Guterres dice que la ofensiva en Rafah sería "clavo en el ataúd de nuestros programas de ayuda"
Guterres, quien describió a Rafah como el núcleo de la operación de ayuda humanitaria en el enclave palestino, dijo que un asalto israelí a gran escala allí tendría consecuencias devastadoras.
"Una ofensiva israelí total en la ciudad no solo sería aterradora para más de un millón de civiles palestinos que se refugian allí; sería el clavo final en el ataúd de nuestros programas de ayuda."
La disminución del flujo de ayuda que entra a Gaza desde Egipto, y un colapso en la seguridad que ha dificultado cada vez más la distribución de alimentos que llegan, según datos y funcionarios de la ONU.