Estudios de la Segunda Guerra Mundial transforman a presos en Israel

En todo Israel, esta iniciativa es parte de un movimiento educativo más amplio dentro del sistema penal, con un impacto transformador y reflexivo en los reclusos.

Los reclusos participan en un programa de educación sobre el Holocausto. (photo credit: ISRAEL PRISON SERVICE)
Los reclusos participan en un programa de educación sobre el Holocausto.
(photo credit: ISRAEL PRISON SERVICE)

En las severas instalaciones de la Prisión de Eshel cerca de Beersheba, Israel, recientemente un grupo de estudiantes poco convencionales completaron un viaje educativo extraordinario. La semana pasada, un grupo de 13 presos se graduó de un innovador proyecto educativo sobre el Holocausto, a diferencia de cualquier entorno académico tradicional. Estos no eran estudiantes ordinarios; eran prisioneros, algunos cumpliendo condenas de por vida por delitos graves, otros detenidos por infracciones menores. Sin embargo, todos compartían una nueva búsqueda académica: comprender el Holocausto, su significado histórico y las lecciones indelebles que aporta sobre el coraje y la humanidad.

En todo Israel, esta iniciativa es parte de un movimiento educativo más amplio dentro del sistema penal. En los últimos meses, más de 150 presos participaron en programas similares, y se esperaba que un total de 300 completaran sus estudios para fin de año. La singularidad del programa radica no solo en su entorno, sino en su impacto transformador en los participantes, desafiándolos a repensar sus valores y su responsabilidad personal.

Un vistazo dentro del sistema educativo en prisiones

Por primera vez, Yad Vashem, el memorial oficial de Israel a las víctimas del Holocausto, junto con el Servicio Penitenciario de Israel, permitieron conocer detalles sobre estas sesiones transformadoras. Durante una reunión rara e iluminadora con reclusos, compartieron cómo sus primeros encuentros con historias del Holocausto los conmovieron profundamente. Los relatos de sufrimiento y heroísmo les abrieron los ojos a un mundo donde los valores humanos como valor, sacrificio y perseverancia desempeñaron roles fundamentales.

Educando más allá de lo básico

El programa, conocido como "Victoria del Espíritu", proporcionaba sesiones semanales rigurosas donde reclusos de diversos orígenes se reunían para aprender sobre el Holocausto. La Rabina Tehila Heitman Demony, jefa del sector de valores comunitarios en la prisión, explicó que el programa tenía como objetivo inculcar una comprensión profunda de los eventos históricos del Holocausto al mismo tiempo que entrelazaba lecciones sobre valores personales y comunitarios.

El plan de estudios de este año, bajo el tema "Comunidades", se centró en fomentar un sentido de identidad colectiva y responsabilidad, temas conmovedores para individuos a menudo aislados de la sociedad. El plan de estudios estaba programado para culminar en junio con un viaje de un día a Yad Vashem para los prisioneros que cumplían ciertos criterios de comportamiento y educativos, proporcionándoles así una conexión tangible con las historias que habían estudiado.

 Programa de educación sobre el Holocausto en el sistema penal israelí. (credit: ISRAEL PRISON SERVICE)
Programa de educación sobre el Holocausto en el sistema penal israelí. (credit: ISRAEL PRISON SERVICE)

Transformaciones a nivel personal

Entre las narrativas conmovedoras estaba la de A', un joven de Israel central, condenado por homicidio. A' al principio se mostraba indiferente al programa, pero se vio profundamente afectado a medida que avanzaba el curso. "Al principio, no veía la relevancia del Holocausto para mí", compartió A'. Su perspectiva cambió drásticamente cuando descubrió que su abuelo era un sobreviviente del Holocausto. Esta revelación profundizó su compromiso con el material y le proporcionó una conexión personal con la historia que se enseñaba.

Idit, la oficial de educación en la prisión de Eshel que coordinó el proyecto "La victoria del espíritu", observó cambios significativos en las actitudes y comprensión de los prisioneros. "Se convierten en embajadores del conocimiento, ansiosos por compartir lo que han aprendido e inspirar a otros dentro de la comunidad carcelaria", señaló Idit.

Impactos más allá del crecimiento individual

Ayelet Aviv, una instructora de Yad Vashem involucrada desde 2016, destacó la diversa composición de sus clases, que incluían a muchos prisioneros de minorías étnicas. "Su sed de conocimiento es increíble", dijo Aviv. "Están ansiosos por aprender, hacer preguntas y escribir sobre sus pensamientos y sentimientos. Se trata de educar y transformar a estos individuos, proporcionándoles herramientas para el crecimiento personal y una comprensión más profunda de los valores humanos".

Para M', un árabe israelí encarcelado por lavado de dinero, el programa ofreció una visión de una parte crucial de la historia que nunca había conocido antes. "El único lugar donde pensé que podría aprender tales cosas era en la cárcel", reflexionó M'. Su declaración subrayó el potencial transformador de la educación, incluso —o quizás especialmente— en los entornos más inverosímiles.

A medida que estos prisioneros llegaban al final de su curso, el impacto de "Victoria del Espíritu" se extendió más allá de los confines de sus celdas. Fomentó un diálogo más amplio sobre la historia, la humanidad y la redención, demostrando que la educación puede ser de hecho un poderoso catalizador para el cambio. Este proyecto no solo educa, sino que también reconstruye a las personas, permitiéndoles emerger como ciudadanos informados listos para contribuir de manera positiva a la sociedad. M' resumió el sentimiento al afirmar: "Si todos aprenden del Holocausto, quizás finalmente podamos lograr la justicia".