¡Compra todo el oro que puedas! No hay una buena apuesta segura en papel

Aconsejan urgentemente comprar oro y plata físicos y advierte sobre los riesgos de la moneda fiduciaria, el inevitable QE y una posible implosión del dólar.

 Compre todo el oro que pueda No hay ninguna buena apuesta segura en papel | Thomas Parilla (photo credit: PR)
Compre todo el oro que pueda No hay ninguna buena apuesta segura en papel | Thomas Parilla
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En una entrevista con Triangle Investor, el veterano experto de Wall Street, Thomas Parilla, entregó un mensaje convincente y urgente a los inversionistas: prioricen el oro y la plata físicos en medio de un paisaje financiero global precario. Basándose en más de dos décadas de experiencia, Parilla pintó una imagen vívida de la confianza erosionada en las monedas fiduciarias, la inevitabilidad de la flexibilización cuantitativa y la supremacía a largo plazo de los metales preciosos.

El presentador Lucian Valkovich llevó la conversación más allá del análisis inicial de la "tormenta perfecta", interrogando a Parilla sobre estrategias de inversión más amplias y la viabilidad de las monedas tradicionales como refugio seguro. La respuesta de Parilla fue contundente: "No hay una buena apuesta segura en dinero en papel".

Parilla resaltó señales alarmantes provenientes de los mercados globales de bonos. "Estamos viendo cada vez menos compradores de la deuda estadounidense, y eso va a ser un problema real cuando haya más deuda vencida. Entonces, ¿quién la va a comprar?", cuestionó. Sus conversaciones con profesionales del mercado de bonos corroboran esta preocupación, apuntando hacia una crisis inminente de demanda de deuda soberana.

La solución, según Parilla, es un regreso no deseado pero inevitable al alivio cuantitativo. "Tiene que ser alivio cuantitativo", afirmó, prediciendo que futuras clases de economía analizarán este período como un claro ejemplo de mala gestión fiscal. Describió el escenario en el que la Reserva Federal compra efectivamente su deuda como "insensato" y insostenible. "No tiene ningún sentido, pero hemos logrado vender al mundo que está bien. Pero no puede durar para siempre."

La consecuencia de un nuevo alivio cuantitativo, advierte Parilla, será una devaluación acelerada del dólar estadounidense. Haciendo referencia a la proyección de un economista, sugirió que el dólar podría llegar a cero en tan solo 16 años, un plazo que es probable que QE comprima aún más. Estableció un paralelo inquietante con el colapso hiperinflacionario de la República de Wymer, enfatizando que ninguna moneda fiduciaria es inmune a tal destino. "Ha ocurrido en cada moneda fiduciaria. ¿Por qué no ocurriría aquí?"

Cuando se le preguntó sobre las monedas refugio tradicionales como el franco suizo, Parilla se mantuvo firme. "Eso es. Lo clavaste. No hay una buena apuesta segura en el dinero en papel." Si bien reconoce los lazos históricos de Suiza con el oro, sostuvo que cualquier moneda fiduciaria conlleva riesgos inherentes de devaluación. Su estrategia de inversión personal refleja esta convicción, con un 90% asignado a metales preciosos físicos.

Parilla lamentó la erosión gradual del poder adquisitivo experimentada por generaciones que tienen monedas fiduciarias, un robo de riqueza "tiránico" y en gran parte no reconocido. Contrapuso esto con el valor tangible y duradero de los activos físicos.

En un giro sorprendente pero perspicaz, Parilla elogió a la industria minera por su compromiso con la restauración ambiental, contrastándola con empresas que dejan "desastres tóxicos" a su paso. Él cree en un enfoque equilibrado hacia la extracción de recursos y la custodia ambiental, abogando por prácticas mineras responsables que dejen la tierra en mejor condición para las generaciones futuras.

La entrevista extendida de Thomas Parilla refuerza su llamado urgente a los inversores para que prioricen el oro y la plata física como escudo contra las vulnerabilidades inminentes del sistema financiero mundial. Su análisis de la angustia del mercado de bonos, la inevitabilidad de la flexibilización cuantitativa y la aceleración de la devaluación de las monedas fiduciarias pintan un retrato sombrío.

Mira la entrevista completa: