Un trabajo colectivo titulado "Arqueología de la Amazonia" ofrece una amplia visión de las huellas dejadas por trece milenios de ocupación humana en un territorio más grande que el de la Unión Europea. Abarcando casi la mitad de América del Sur y extendiéndose sobre nueve países, este trabajo demuestra que la selva virgen es un mito, desacreditando la noción de que la Amazonia era un desierto prístino.
Los antiguos habitantes de la Amazonia eran horticultores y agroforestales. Cultivaban variedades domesticadas, algunas de las cuales se encontraban lejos de su región de origen. Estos antiguos pueblos dieron forma a la selva favoreciendo ciertas especies de plantas nutritivas o medicinales y árboles frutales. Le Monde señala que estas prácticas muestran el impacto que los humanos han tenido en la biodiversidad de la Amazonia.
La tecnología ha desempeñado un papel crucial en estos descubrimientos. Mediante el uso de lidars, los investigadores encontraron en 2022 antiguos centros urbanos y pirámides cubiertas por la jungla en la Amazonía boliviana, demostrando el impacto de la revolución lidar. En 2018, el lidar ayudó a descubrir más de 60,000 construcciones, incluyendo casas, palacios, autopistas elevadas y otros recursos arquitectónicos en Guatemala, según informó Le Monde.
Desde 2023, el proyecto "Amazônia Revelada" ha estado descubriendo los secretos de antiguas civilizaciones amazónicas. El proyecto ya ha obtenido resultados de sus primeros vuelos con tecnología Lidar. Esta tecnología acopla láser y radar para virtualmente despojar al terreno de su cobertura vegetal, permitiendo a los investigadores escanear el pasado y revelar vestigios de la vida humana que datan de más de doce mil años atrás.
Financiada con R$10 millones de la Sociedad Nacional Geographic, una organización global sin fines de lucro enfocada en la protección ambiental y conservación, la investigación tiene como objetivo revelar manifestaciones de la larga presencia humana en la Amazonía y revela la temprana entrada de sus pobladores a la Antropoceno.
Uno de los factores diferenciadores de "Amazônia Revelada" es el trabajo colaborativo entre investigadores y comunidades tradicionales. Por ejemplo, el pueblo Kuikuro de la región Alto Xingu no autorizó sobrevuelos porque creen que sus sitios sagrados no deben hacerse públicos. Sin embargo, participan en la investigación proporcionando imágenes de puntos específicos, según O Estado de S. Paulo.
Hasta ahora, se han invertido R$2 millones para sobrevolar cinco regiones, totalizando 1,600 kilómetros cuadrados. Las áreas mapeadas por la investigación se concentran en la Amazonia sur, el valle del río Guaporé en Rondônia, el Médio Rio Tapajós, la región de Terra do Meio entre los ríos Tapajós y Xingu, y la Isla de Marajó. En algunas ubicaciones, como la región Médio Tapajós en Pará, el conocimiento indígena guía a los científicos hacia sitios clave.
La investigación también reveló que la gente vivía en las islas boscosas de los Llanos de Mojos, donde se formaron sociedades que construyeron con tierra, creando montículos y caminos para elevarse por encima de las inundaciones anuales. Estas sociedades excavaron zanjas y reservorios para canalizar agua para sus necesidades, demostrando prácticas agrícolas. Según The Times, algunas islas boscosas en los Llanos de Mojos tienen más de 10,000 años de antigüedad.
El artículo fue escrito con la ayuda de un sistema de análisis de noticias.