Una cabeza de piedra, que se cree representa a una deidad masculina barbuda, fue descubierta en el área arqueológica de las Tombe di Via Latina en Roma, datando de alrededor del siglo II d.C. La cabeza, de tamaño mayor que la vida, fue encontrada por un equipo de arqueólogos que realizaban excavaciones en la basílica cristiana de Santo Stefano, construida en el siglo V, donde estaba escondida en las estructuras subterráneas de la llamada Basílica Paleocristiana.
Rizos largos y ondulados fueron el primer detalle que emergió a través de las capas de tierra y piedras. Gradualmente, el perfil del mármol esculpido comenzó a sugerir la forma de una cabeza. "La blancura de esos cabellos artísticamente dispuestos aún era tangible, a pesar de los depósitos incrustados de milenios de entierro", señaló el equipo, según informó Il Messaggero.
La cabeza de piedra comenzó un viaje a la ciudad de Matera, donde el Istituto Centrale per il Restauro (ICR) supervisará su estudio y restauración. El trabajo de restauración será realizado por expertos del ICR en colaboración con estudiantes de la Scuola di Alta Formazione per il Restauro, centrándose en documentación detallada, análisis técnicos y estudios diagnósticos. "El trabajo ahora está encomendado al Instituto Central de Restauración", dijo Simone Quilici, director del Parco Archeologico dell'Appia Antica, según informó Il Messaggero.
Las características de la cabeza de piedra, una barba cuidadosamente esculpida y una expresión solemne, sugieren que podría tratarse de una deidad romana, posiblemente Júpiter, Apolo, Serapis, o incluso un filósofo. Los investigadores suponen que la cabeza pudo haber sido reutilizada como material de construcción durante las fases de construcción de la basílica, ya que fue encontrada incrustada en los cimientos, lo que indica su reutilización en la época medieval.
La presencia de varias capas de argamasa en la cabeza dificulta su identificación, pero con cada capa removida, los investigadores están más cerca de confirmar la identidad del personaje representado. La cuidadosa eliminación de la argamasa podría revelar inscripciones o marcas simbólicas que actualmente están ocultas, lo que ayudaría en su identificación.
La cabeza de piedra se considera un valioso vínculo con el pasado de Roma, y su descubrimiento inesperado añadió sorpresa al trabajo arqueológico. El hallazgo podría brindar valiosos conocimientos sobre la dinámica cultural de la Roma Tardía (siglos IV-VI d.C.), un período de transición entre el mundo pagano y el cristianismo. La basílica representa, en este rincón del parque arqueológico, un testimonio de la transición desde el mundo pagano antiguo hacia la era cristiana.
Los investigadores buscan responder preguntas como si la cabeza de piedra formaba parte de una estatua monumental o si era venerada antes de ser enterrada en la basílica. El objetivo del estudio no es solo restaurar la legibilidad de la cabeza de piedra, sino también aclarar el contexto histórico en el que se creó la estatua. Según los investigadores, cada caso de reutilización de estatuas debe estudiarse de forma independiente. La reutilización de esculturas en edificios cristianos no era rara en la Roma de la Antigüedad Tardía, pero cada instancia ofrece ideas únicas sobre prácticas históricas.
La Vía Latina, una de las principales carreteras de Roma, corre casi paralela a la Vía Apia y está bordeada de tumbas principalmente construidas en el siglo II, reflejando los monumentos funerarios de la época de los Césares. Las tumbas a lo largo de la Vía Latina están distribuidas a lo largo de un tramo corto de la carretera romana.
El artículo fue escrito con la asistencia de un sistema de análisis de noticias.