Una delegación rusa de alto rango ha llegado a Damasco por primera vez desde la caída del aliado de Moscú, el ex presidente sirio Bashar Assad, informó la agencia de noticias TASS de Rusia el martes.
Se espera que la delegación, liderada por el viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Mikhail Bogdanov, y el enviado del Kremlin Alexander Lavrentiev, celebre reuniones con el nuevo liderazgo de Siria esta semana.
Rusia, un largo partidario del régimen de Assad, proporcionó asistencia militar para fortalecer a Assad contra las fuerzas rebeldes a lo largo de la prolongada guerra civil de Siria. Tras la caída de Assad, Moscú ahora se enfoca en asegurar el futuro de sus activos militares estratégicos en el país.
Dos bases clave de Rusia en Siria
Moscú ha invertido fuertemente en dos bases clave en Siria: la instalación naval en Tartous y la base aérea de Hmeimim cerca de Latakia. La instalación de Tartous es el único centro de reparación y reabastecimiento del Mediterráneo de Rusia, sirviendo como un nodo crucial para la logística militar rusa. Además, Siria ha sido utilizada por Moscú como punto de tránsito para desplegar a sus contratistas militares en África.
Dos fuentes sirias confirmaron a Reuters que se espera que las conversaciones entre la delegación rusa y los nuevos gobernantes de Siria aborden el estado de estas bases, lo que señala los esfuerzos de Moscú por mantener su presencia en la región en medio de dinámicas cambiantes.