¿Malfunción cósmica? Satélite ruso vinculado a armas nucleares espaciales fuera de control

Se cree que el satélite sirve tanto como herramienta de radar para recopilación de inteligencia como plataforma para pruebas de radiación.

 Nave espacial de carga y la Tierra.  (photo credit: Dima Zel. Via Shutterstock)
Nave espacial de carga y la Tierra.
(photo credit: Dima Zel. Via Shutterstock)

Se cree que un satélite ruso que forma parte del programa de armas nucleares antisatélite de Moscú parece estar fallando, con movimientos erráticos que sugieren que puede que ya no esté operativo. El desarrollo podría ser un golpe importante para las ambiciones espaciales militares de Rusia, según analistas estadounidenses.

El Cosmos 2553 fue lanzado justo semanas antes de que Rusia invadiera Ucrania en 2022. En el último año, ha mostrado signos de giros descontrolados, según datos del radar de LeoLabs y seguimiento óptico compartido por Slingshot Aerospace con Reuters.

Se cree que el satélite sirve tanto como herramienta de radar para recopilación de inteligencia como plataforma para pruebas de radiación. Aunque el Cosmos 2553 no se considera un arma en sí misma, funcionarios estadounidenses dicen que desempeña un papel clave en la prueba de tecnologías para un arma nuclear potencial diseñada para deshabilitar o destruir constelaciones enteras de satélites, como el sistema Starlink que ha sido fundamental para las fuerzas ucranianas.

Rusia niega cualquier intención de desarrollar armas de ese tipo y afirma que la misión del satélite es puramente científica.

Un revés estratégico en el espacio

Si el Cosmos 2553 ha fallado de hecho, la avería representaría un revés en los esfuerzos de Rusia por militarizar el espacio. Siendo una potencia espacial emblemática desde que lanzó al primer ser humano a la órbita en 1961, Rusia ha enfocado sus esfuerzos en seguridad espacial en años recientes conforme las tensiones aumentan con Estados Unidos y China.

 Un cohete Soyuz-2.1b con una etapa superior Fregat, que transporta la nave espacial rusa Meteor-M y 18 pequeños satélites adicionales rusos y extranjeros, despega de una plataforma de lanzamiento en el cosmódromo de Vostochny, en el extremo oriental de la región de Amur, Rusia (credit: Roscosmos/Handout via REUTERS)
Un cohete Soyuz-2.1b con una etapa superior Fregat, que transporta la nave espacial rusa Meteor-M y 18 pequeños satélites adicionales rusos y extranjeros, despega de una plataforma de lanzamiento en el cosmódromo de Vostochny, en el extremo oriental de la región de Amur, Rusia (credit: Roscosmos/Handout via REUTERS)

El satélite fue desplegado en una órbita de alta radiación aproximadamente a 2,000 kilómetros sobre la Tierra, una zona típicamente evitada por satélites de comunicación y observación terrestre debido al entorno de radiación extrema.

LeoLabs detectó por primera vez anomalías en noviembre usando datos de radar Doppler recopilados de su red global. Para diciembre, la compañía había actualizado su análisis a una "alta confianza" de que el satélite estaba girando, basado en nuevos datos de radar e imágenes satelitales adicionales.

El Ministerio de Defensa de Rusia no respondió a una solicitud de comentario.

"Esta observación sugiere fuertemente que el satélite ya no está operativo", dijo el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en su última Evaluación de Amenazas Espaciales.

Signos de inestabilidad seguidos por una posible estabilización

El Comando Espacial de EE. UU., que monitorea objetos espaciales y previamente ha criticado el comportamiento militar ruso en órbita, confirmó que está al tanto de un cambio en la altitud del Cosmos 2553. Sin embargo, se negó a proporcionar un análisis adicional sobre la condición actual del satélite.

Slingshot Aerospace, que ha rastreado la nave espacial desde su lanzamiento el 5 de febrero de 2022, observó un comportamiento irregular en mayo de 2024. "El brillo del objeto se volvió variable, indicando un posible giro", dijo un portavoz de la compañía.

Observaciones más recientes sugieren que el satélite puede haberse estabilizado, según la científica jefe de Slingshot, Belinda Marchand. Sin embargo, aún no está claro si el satélite sigue funcionando o ha sido comprometido.

Aumento de los riesgos de error de cálculo en órbita

Con el número de satélites civiles y militares en el espacio creciendo rápidamente, los servicios comerciales de seguimiento espacial como LeoLabs y Slingshot se han vuelto cada vez más importantes para las agencias de defensa nacional que buscan evitar interpretaciones erróneas que podrían llevar a la escalada.

El Departamento de Defensa de EE. UU. ha priorizado una conciencia orbital mejorada para comprender mejor si las naves espaciales pertenecen a sistemas civiles, comerciales o militares.

Según un portavoz del Comando Espacial de EE. UU., Rusia ha afirmado que la misión del Cosmos 2553 es probar instrumentos en un entorno de alta radiación, pero su comportamiento y características no coinciden con ese perfil.

“Esta inconsistencia, junto con una disposición demostrada para dirigirse a objetos en órbita de EE. UU. y sus aliados, aumenta el riesgo de percepciones erróneas y escalada”, dijo el portavoz.

Una frontera militar abarrotada y disputada

El Cosmos 2553 es uno de varios satélites operados por Rusia que los funcionarios estadounidenses creen que están vinculados a programas militares e de inteligencia. Moscú considera a Starlink, una vasta red de satélites operada por SpaceX de Elon Musk, como un objetivo militar legítimo debido a su uso en el campo de batalla en Ucrania.

Rusia, Estados Unidos y China están invirtiendo miles de millones de dólares en tecnologías espaciales secretas que podrían ser utilizadas con fines militares o de doble uso. Estos desarrollos han generado preocupación sobre posibles malentendidos y zonas grises legales en torno al conflicto en el espacio.

Washington ha reconocido cada vez más el espacio como un dominio militar en los últimos años, mientras subcontrata gran parte de su desarrollo y operación a empresas privadas como SpaceX.

Mallory Stewart, quien se desempeñó como secretaria de estado asistente de EE. UU. para el control de armas y la disuasión durante el mandato del presidente Joe Biden, dijo en 2023 que Rusia estaba "considerando la incorporación de armas nucleares en sus programas de contraespacio".

Tres funcionarios estadounidenses dijeron a Reuters que el lanzamiento del Cosmos 2553 fue un momento clave en el aumento de las preocupaciones de Washington sobre las intenciones nucleares espaciales de Rusia, y sigue siendo una pieza central de las evaluaciones de inteligencia en curso de Estados Unidos.