Cómo la corrupción política volvió a los poderosos cobardes - opinión
Matar el Premio Israel no es como matar a Alexei Navalny, pero la motivación es la misma.
Tras la muerte en prisión del líder opositor ruso Alexei Navalny, manifestantes sostienen pancartas fuera de la Embajada Rusa en Tel Aviv la semana pasada.(Crédito de foto: ERIC MARMOR/FLASH90)