El virus mutante del antisemitismo: la enfermedad social más contagiosa de 2024 - opinión

El antisemitismo continúa propagándose globalmente. Descubre cómo la colaboración internacional es fundamental para romper su ciclo y erradicar esta amenaza para la paz y la convivencia mundial.

 Una prueba de coronavirus en Jerusalén. COVID va más allá del conflicto y afecta a todos. Enero de 2022. (photo credit: MARC ISRAEL SELLEM/THE JERUSALEM POST)
Una prueba de coronavirus en Jerusalén. COVID va más allá del conflicto y afecta a todos. Enero de 2022.
(photo credit: MARC ISRAEL SELLEM/THE JERUSALEM POST)

Parece que la epidemia de antisemitismo se ha convertido en una verdadera amenaza global en los últimos años. Si bien no comenzó tras la masacre del 7 de octubre, estos eventos sirvieron como un poderoso catalizador que sacó el odio de las sombras.

El trágico asesinato del Rabino Zvi Kogan, un emisario de la Chabad-Lubavitch de 28 años en Dubai, por terroristas islámicos a principios de 2024 demuestra aún más esta crisis en escalada. Su muerte, que impactó tanto a la comunidad judía como a personas de buena voluntad en todo el mundo, ilustra cómo incluso en lugares de aparente progreso y cooperación interreligiosa como los Emiratos Árabes Unidos, la violencia antisemita puede surgir con consecuencias devastadoras.

La tasa de infección ha alcanzado niveles sin precedentes, con informes que muestran un aumento asombroso del 400% en incidentes antisemitas en el último año. Esta tasa de crecimiento exponencial supera cualquier brote anterior en la historia reciente, marcando lo que los epidemiólogos llamarían un "evento de supercontagio" en términos sociales. La velocidad y escala de esta oleada reflejan el comportamiento de enfermedades altamente contagiosas, exigiendo una intervención global inmediata.

La similitud entre el antisemitismo y el COVID-19 es impactante. Así como vimos mapas coloridos describiendo la propagación de la epidemia en su pico -verde, amarillo, naranja y rojo- ahora podemos imaginar la propagación del antisemitismo. Si en el pasado, muchas áreas estaban "verdes" y relativamente limpias de este odio, hoy en día, cada vez más áreas se están volviendo naranjas y rojas.

En las redes sociales, el odio se propaga como un virus. Publicaciones antisemitas viajan de dispositivo a dispositivo en cuestión de segundos, resonando en toda la red sin una supervisión real y fortaleciendo la ignorancia y la incitación.

 Un grupo de personas junto al ataúd del rabino israelí Zvi Kogan, asesinado en los Emiratos Árabes Unidos, durante su funeral en Kfar Habad, Israel, el 25 de noviembre de 2024. (credit: REUTERS/STOYAN NENOV)
Un grupo de personas junto al ataúd del rabino israelí Zvi Kogan, asesinado en los Emiratos Árabes Unidos, durante su funeral en Kfar Habad, Israel, el 25 de noviembre de 2024. (credit: REUTERS/STOYAN NENOV)

¿Cuál es la causa?

La raíz del problema radica en la ignorancia. Cuando las personas no comprenden la historia judía, las lecciones del Holocausto o el alto precio del odio ciego, fácilmente caen en la retórica antisemita. Por lo tanto, la educación es la cura más efectiva para hacer frente a la epidemia de antisemitismo.

En los Estados Unidos, donde los campus se han convertido en arenas conflictivas, existe una necesidad urgente de implementar programas educativos integrales. Los estudios del Holocausto, que actualmente son obligatorios en la mitad de los estados de EE. UU., deben convertirse en requisito, no solo como un gesto histórico, sino como una herramienta para prevenir futuras infecciones de ignorancia y odio.

La legislación es otra herramienta crucial. En Alemania, por ejemplo, existen claras sanciones contra las llamadas incitadoras como "del río al mar", que disuaden a los posibles propagadores del odio. Otros países necesitan aprender de este ejemplo. Cuando hay un verdadero costo por difundir el odio, ya sea mediante castigos legales o sanciones sociales, la gente pensará dos veces antes de elegirlo.

Además, hay una necesidad urgente de cooperación entre países. La epidemia de antisemitismo trasciende las fronteras y no puede ser tratada de forma separada en cada país. El intercambio de información entre países sobre redes de incitación, campañas globales conjuntas para aumentar la conciencia y fomentar acuerdos internacionales para proteger a las comunidades judías son pasos críticos.

Los países democráticos necesitan unirse en torno a valores fundamentales compartidos y trabajar juntos para erradicar el odio. Así como la cooperación internacional funciona para combatir el terrorismo y el crimen transfronterizo, también podemos detener la propagación del antisemitismo y garantizar una sociedad más segura y equitativa para todos.

El público necesita entender que el antisemitismo no es solo un problema de la comunidad judía. Es un síntoma de una enfermedad más amplia: el colapso de los valores democráticos y liberales. A lo largo de la historia, el odio hacia los judíos ha sido la primera etapa en una desintegración social más amplia.

Al igual que con el COVID-19, la forma de detener la epidemia es a través de una acción combinada: educación, regulación, cooperación internacional y concienciación pública. El asesinato del rabino Kogan subraya la urgente necesidad de estas intervenciones. Solo si todos los factores institucionales y ministerios gubernamentales cooperan podemos romper la cadena de transmisión y detener la epidemia de antisemitismo antes de que también se convierta en la norma.

El autor es el jefe del Departamento para Combatir el Antisemitismo y Fortalecer la Resiliencia de la Organización Sionista Mundial.