Un nuevo estudio publicado en la revista Geochemistry, Geophysics, Geosystems reveló una potencial "bomba de tiempo" bajo la capa de hielo en la Antártida Occidental, generando preocupaciones sobre el futuro de los niveles globales del mar. Los investigadores detectaron más de 100 volcanes bajo el hielo antártico, situados a lo largo de un sistema de fisuras volcánicas activas conocido como el Sistema de Fisuras de la Antártida Occidental, activo desde la era de los dinosaurios.
Los científicos advirtieron que a medida que el cambio climático acelera la fusión de la capa de hielo antártico, el inmenso peso del hielo—que actúa como un tapón suprimiendo las cámaras de magma—disminuye. Esta reducción de presión permite que el magma se expanda, ejerciendo presión sobre las paredes de las cámaras volcánicas y aumentando la probabilidad de erupciones. El estudio enfatiza: "La capa de hielo se está derritiendo, permitiendo que el magma se expanda y aumente la presión en las cámaras volcánicas. El dióxido de carbono y el agua disueltos en el magma también formarán burbujas de gas, aumentando aún más la presión y causando en última instancia erupciones".
Investigadores de la Universidad Brown realizaron más de 4,000 simulaciones por computadora para modelar este fenómeno. Sus hallazgos sugirieron que el derretimiento de la superficie acelera los procesos que conducen a erupciones volcánicas en décadas a cientos de años. En un escenario, el equipo simuló la eliminación de una capa de hielo de 1,000 metros de espesor en 300 años, una tasa considerada moderada para la Antártida Occidental, y encontraron un aumento en la actividad volcánica y en el tamaño de las erupciones.
La expansión de las cámaras de magma debajo de la capa de hielo que se adelgaza altera la dinámica de presión y acelera los procesos que llevan a las erupciones debido a la formación de burbujas de gas a partir de dióxido de carbono y agua disueltos en el magma. Esto crea un peligroso ciclo de retroalimentación: a medida que el hielo se derrite, la actividad volcánica aumenta, lo que a su vez acelera el derretimiento del hielo.
Si bien las erupciones incrementadas de estos volcanes ocultos no dañarían directamente a las comunidades humanas, ya que la Antártida está en gran parte deshabitada, los efectos indirectos podrían ser catastróficos. Las erupciones volcánicas liberan calor adicional, lava y cenizas, que calientan la capa de hielo desde abajo y desde arriba, potencialmente derritiendo millones de metros cúbicos de hielo anualmente. Este derretimiento acelerado podría contribuir al aumento del nivel del mar a nivel mundial, amenazando a las comunidades costeras en todo el mundo.
Las estimaciones actuales indican un colapso casi total de la capa de hielo de la Antártida Occidental para el año 2300, dando a la humanidad aproximadamente 275 años para mitigar su deterioro en medio de un aumento de la actividad volcánica. Sin embargo, el ciclo de retroalimentación entre el derretimiento y el volcanismo podría acelerar este cronograma. La naturaleza lenta de este proceso significa que sus efectos podrían persistir incluso si el cambio climático inducido por el ser humano se desacelera, potencialmente afectando la actividad volcánica durante miles de años.
El impacto potencial de este escenario es inmenso. Si la capa de hielo de la Antártida Occidental colapsara completamente, los niveles del mar podrían aumentar alrededor de 58 metros, sumergiendo ciudades costeras importantes como Nueva York, Tokio y Shanghái. Esto las volvería inhabitables y podría obligar a miles de millones de personas a migrar a áreas más seguras.
Los científicos han establecido paralelismos entre sus hallazgos y datos históricos de los Andes de Sudamérica. Los investigadores identificaron una relación entre el derretimiento de la capa de hielo patagónica durante el Último Máximo Glacial y el aumento de la actividad en volcanes como Calbuco y Puyehue-Cordón Caulle. Esta evidencia respalda la noción de que el derretimiento de hielo puede influir en la actividad volcánica.
"El efecto de flotación del hielo derretido permite que las cámaras de magma en lo profundo del continente se expandan, alterando la presión y acelerando los procesos que llevan a erupciones", señala el estudio.
Esta situación crea retroalimentaciones conocidas como retroalimentaciones de albedo de hielo, donde la disminución de la cobertura de hielo reduce el efecto de albedo de la Tierra, lo que lleva a un mayor calentamiento de la atmósfera y empeora el proceso de fusión. Esta interacción entre el hielo derretido y la actividad volcánica presenta un desafío complejo que podría exacerbar los efectos del cambio climático.
El artículo fue escrito con la asistencia de un sistema de análisis de noticias.