Científicos revivieron un gusano microscópico de 46,000 años de antigüedad del permafrost siberiano. El nematodo, oficialmente llamado Panagrolaimus kolymaensis, fue descubierto a una profundidad de 40 metros dentro de una madriguera fosilizada de ardillas árticas. Esta profundidad lo protegió de los cambios ambientales y el frío extremo, permitiéndole permanecer congelado en un estado suspendido desde la Edad de Hielo.
Panagrolaimus kolymaensis sobrevivió a las duras condiciones de la Era del Pleistoceno Tardío al entrar en un estado suspendido llamado criptobiosis, en el cual las actividades biológicas de un organismo se detienen por completo, permitiendo la supervivencia en condiciones que normalmente serían letales. A través de la criptobiosis, estos gusanos lograron salir de su hibernación milenaria, suspendiendo sus funciones vitales para resistir temperaturas extremas y condiciones hostiles durante largos períodos. La criptobiosis reduce el metabolismo del organismo a niveles indetectables, esencialmente deteniendo el metabolismo y evitando el deterioro de sus tejidos.
La datación por radiocarbono confirmó que el suelo donde se encontró el nematodo tenía aproximadamente entre 45,000 y 47,000 años de antigüedad, lo que indica que el espécimen había estado congelado en un sueño profundo por milenios. Después de descongelarse en un laboratorio, Panagrolaimus kolymaensis retomó su actividad normal y comenzó a reproducirse de forma asexual. Como organismo triploide con tres copias de cada cromosoma, se reproduce por partenogénesis, un proceso que no requiere de un macho para generar descendencia. La capacidad de reproducirse asexualmente indica que su estructura celular se mantuvo intacta durante miles de años.
El análisis genético reveló que Panagrolaimus kolymaensis comparte ciertos genes con Caenorhabditis elegans, un organismo ampliamente utilizado en investigaciones biológicas. Ambas especies producen trehalosa, un azúcar natural que protege a las células del daño causado por el congelamiento y la desecación. La trehalosa estabiliza las estructuras celulares y evita la formación de cristales de hielo, permitiendo a organismos como Panagrolaimus kolymaensis reducir sus procesos biológicos prácticamente a cero.
El Dr. Philipp Schiffer y su equipo han estado investigando cómo estos nematodos lograron sobrevivir mucho más allá de su esperanza de vida natural. "Nadie imaginaba que este proceso pudiera continuar durante miles de años, 40 mil años, o incluso más. Es realmente sorprendente que la vida pueda reanudarse después de tanto tiempo, justo en el límite entre la muerte y la vida", dijo el Dr. Philip Schaefer, uno de los investigadores de este proyecto, según India Defence Review.
La criptobiosis no es única de los nematodos; otras criaturas diminutas como los tardígrados (osos de agua) y ciertos camarones de salmuera pueden sobrevivir en entornos extremos utilizando estrategias biológicas similares.
Los científicos están estudiando más de 1,000 crías de Panagrolaimus kolymaensis, que comparten genes de supervivencia similares con los nematodos de laboratorio modernos.
El artículo fue escrito con la asistencia de un sistema de análisis de noticias.