Faltando solo una semana para las elecciones de EE. UU. 2024, la ciberseguridad se está convirtiendo en una preocupación aún mayor.
Si bien las personas suelen preocuparse por los riesgos cibernéticos relacionados con el proceso de votación en sí, el verdadero riesgo está en el ecosistema más amplio que rodea a las elecciones: la desinformación, las campañas de influencia, las filtraciones de datos, los hacks dirigidos a individuos clave y los intentos de generar caos son amenazas serias que podrían dañar el proceso democrático.
Gran parte de la votación en EE. UU. aún se realiza a través de sistemas manuales o no digitales, lo que limita los riesgos directos asociados con el proceso.
Sin embargo, las campañas de desinformación, los perfiles falsos de candidatos y las brechas en las cuentas de políticos y partidos representan problemas reales.
Estas tácticas no solo buscan cambiar votos; están diseñadas para perturbar todo el proceso al influir en la percepción pública y socavar la confianza en las instituciones democráticas.
Si bien esto es ahora un fenómeno mundial, las apuestas son extremadamente altas debido al impacto global de las elecciones en Estados Unidos.
Los hackers y otros actores malintencionados han tenido mucho tiempo para planificar y tienen acceso a sistemas centrales y bases de datos con enormes cantidades de datos.
Estos son los verdaderos puntos débiles donde una violación de seguridad podría tener consecuencias de gran alcance.
Cómo combatir las amenazas
Para combatir estas amenazas, es crucial que los partidos, candidatos y todos los involucrados refuercen sus defensas y conciencia.
A medida que nos acercamos al tramo final, el enfoque debe centrarse en monitorear posibles amenazas y tener sólidos planes de respuesta en su lugar.
No se trata solo de proteger votos e individuos, se trata de asegurar todo el ecosistema y mantener la confianza en el proceso electoral y la democracia.
Como en cualquier caso de amenaza cibernética, se debe mantener un equilibrio: garantizar la protección mientras se opera un proceso fluido, comprendiendo las preocupaciones y estando alerta, pero sin crear miedo innecesario.
A medida que la tecnología avanzada como la IA se desarrolla, se espera que establecer el equilibrio, que no es fácil ahora, se vuelva aún más difícil en el futuro.
El escritor es el CEO de Sygnia, una empresa global de tecnología y servicios cibernéticos.