La liberación de Yarden Bibas de manos de Hamas debería haber traído alegría desenfrenada, pero el regreso tras 484 días angustiosos es agridulce debido a una ausencia insoportable: no está seguro de qué ha sido de su esposa, Shiri, y sus dos hijos pequeños, Ariel y Kfir. Mientras nos regocijamos por el regreso de un hijo, hermano y amigo, la desgarradora realidad es que el hogar que Yarden estaba luchando por proteger aún no ha sido reconstruido. En palabras de la familia Bibas al Jerusalem Post, "Yarden está en casa, pero falta el hogar".
Israel es un país que nunca abandona a los suyos. Desde el 7 de octubre, toda la nación ha contado los segundos mientras los rehenes regresaban, uno a uno, pero la pregunta ha sido invariablemente: ¿Quién queda en la oscuridad? La liberación de los rehenes no es un fin, sino más bien un paso en un proceso angustiante de recuperación. "Nos alegramos por cada rehén que regresa a casa, pero no podemos ignorar el dolor de aquellos que aún esperan", dijo el ex negociador de rehenes Gershon Baskin a Ha'aretz.
Hamas ha afirmado que Shiri y los niños murieron en un ataque aéreo israelí. No se ha proporcionado ninguna prueba, y Israel no ha confirmado la afirmación. Supuestamente, a Yarden se le mostró un video durante su cautiverio en el que sus captores le informaron que su familia había desaparecido.
La familia Bibas se convirtió en una imagen icónica del 7 de octubre. Un bebé con el cabello rojo brillante, Kfir, de solo nueve meses, aferrándose a su madre mientras era arrastrada a Gaza, su hermano de cuatro años llorando de terror. Las imágenes que surgieron ese día encapsularon la brutalidad del ataque de Hamas a civiles israelíes. "El secuestro de niños es un crimen de guerra," notó Amnistía Internacional en un comunicado tras el ataque.
Ahora, con el regreso de Yarden, la pesadilla no ha terminado. En cambio, ha evolucionado en algo aún más agonizante: el limbo de la incertidumbre. Israel ha estado trabajando incansablemente para verificar el destino de los rehenes restantes. El Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos, un grupo que representa a muchas de las familias de los que todavía están en Gaza, emitió un comunicado instando al gobierno a actuar rápidamente, diciendo: "El regreso de Yarden sin su familia es una realidad insoportable. Debemos hacer todo lo que esté en nuestro poder para asegurar que nadie sea dejado atrás".
Yarden Bibas no pidió ser un héroe. Es soldador, amante de la música y comedia, y padre que, cuando los terroristas irrumpieron en su casa, hizo lo que haría cualquier padre: luchó. Fue golpeado, separado de su familia y arrojado a un mundo de incertidumbre.
Durante su cautiverio, Yarden fue atormentado con historias sobre el supuesto destino de su familia.
¿Cómo reconstruye un hombre su vida cuando no sabe si sus seres queridos están vivos? ¿Cómo comienza a sanar cuando el hogar que dejó atrás sigue roto? "La culpa del superviviente es una carga insoportable, y Yarden ahora lleva el peso más pesado de todos", dijo la Dra. Orit Galili, psicóloga especializada en trastorno de estrés postraumático a Ynet.
El regreso de un rehén debería ser una victoria. Pero cuando ese regreso viene con una pérdida inimaginable, es una victoria vacía. Yarden Bibas no es el único que experimenta esta realidad agridulce: otros rehenes han regresado para encontrar a sus familias asesinadas, sus hogares destruidos, sus vidas cambiadas para siempre.
Un símbolo de resistencia
La familia Bibas se ha convertido en un símbolo del dolor y la resistencia continuos de Israel, y debemos asegurarnos de que su historia nunca sea olvidada. En honor a Ariel y Kfir, los dos niños pelirrojos aún desaparecidos en Gaza, pedimos a personas de todo el mundo que usen naranja como señal de solidaridad. Que cintas naranjas, ropa y publicaciones en redes sociales recuerden al mundo que estos niños inocentes y su madre son aún cautivos cuyo destino sigue siendo desconocido. Instamos a comunidades, organizaciones y figuras públicas a iluminar edificios en naranja, crear conciencia y exigir el retorno inmediato de todos los rehenes.
Hasta que el último rehén sea devuelto, la nación no descansará. Y hasta ese día, Yarden Bibas seguirá siendo el héroe trágico del 7 de octubre: un hombre que sobrevivió contra viento y marea, pero que todavía espera a que su familia regrese a casa.
Solo cuando eso suceda, la verdadera guerra habrá terminado.