Paleontólogos desenterraron una fosa común de anfibios gigantes de 230 millones de años en Wyoming. El descubrimiento, que incluyó al menos 19 individuos de la especie Buettnererpeton bakeri, reveló que estas criaturas eran tan grandes como los caimanes adultos.
"Esta asamblea es una instantánea de una sola población en lugar de una acumulación a lo largo del tiempo", dijo Aaron Kufner, un paleontólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison, según Phys.org.
Los investigadores determinaron que el sitio de entierro probablemente era una llanura de inundación. Basándose en antiguos granos de arena y capas finamente estratificadas de sedimentos, concluyeron que los fósiles fueron enterrados bajo condiciones de agua muy tranquila, lo que indica un entorno de llanura de inundación.
Buettnererpeton bakeri pertenecía a un antiguo grupo de anfibios llamados temnospóndilos. Estas criaturas eran anfibios primitivos de cuatro patas que podían parecerse a tritones gigantes y estaban ampliamente distribuidos en hábitats de agua dulce durante la era temprana de los dinosaurios. Los temnospóndilos metoposáuridos, conocidos por sus cabezas planas casi triangulares con ojos en la parte superior, podían crecer tan grandes como los caimanes modernos.
Los huesos estrechamente agrupados en el lugar sugieren que los temnospóndilos metoposaurios perecieron alrededor del mismo tiempo, ya que no fueron llevados al lugar por corrientes.
Los yacimientos de huesos típicamente se forman cuando el agua en movimiento deposita huesos en la misma ubicación a lo largo de muchos años, pero determinar cómo se formaron estos yacimientos de huesos puede ser difícil debido a la falta de contexto o examen detallado. Sin embargo, el conjunto de fósiles de Nobby Knob brinda una oportunidad para futuras investigaciones sobre los ecosistemas del Triásico Tardío y la biología de los metoposaurios.
Los fósiles presentan huesos pequeños delicadamente conservados y partes de la estructura esquelética general de las criaturas, lo que indica que el agua en Nobby Knob debía ser muy tranquila, ayudando a preservar incluso las partes más frágiles de los cuerpos de los animales. La evidencia respalda la hipótesis de que los anfibios murieron y fueron enterrados en un entorno de llanura de inundación en condiciones tranquilas.
Los investigadores encontraron fósiles de Buettnererpeton bakeri de diferentes tamaños. Estas variaciones de tamaño podrían ayudar a explicar cómo crecían y envejecían los animales. Algunos de los esqueletos todavía estaban conectados en su estructura original, mientras que otros estaban ampliamente dispersos.
Junto a los fósiles de Buettnererpeton bakeri, el equipo de investigación también encontró plantas fosilizadas, bivalvos y heces fosilizadas, llamadas coprolitos. Estos hallazgos adicionales proporcionan contexto sobre el ambiente en el que vivieron y murieron estos anfibios.
La causa de muerte de los temnospóndilos metoposaurios sigue siendo esquiva. No está claro si su extinción fue un evento común o aislado. Los investigadores no están seguros de si la extinción masiva en Nobby Knob fue un evento singular o si refleja un patrón más amplio entre los metoposaurios.
Una teoría sugiere que los anfibios pueden haberse concentrado en el área de Nobby Knob como colonia de cría o debido a vías fluviales restringidas por la sequía. Los investigadores teorizan que pueden haber muerto porque de alguna manera se les impidió salir de un cuerpo de agua que se estaba secando y del que necesitaban sobrevivir, posiblemente debido a una vía fluvial bloqueada.
"Es difícil evaluar si este tipo de extinción en masa era común entre los temnospóndilos, considerando que la mayoría de los lechos óseos de este grupo representan acumulaciones que fueron transportadas desde el lugar de la muerte", escribieron los científicos en su estudio.
El conjunto de fósiles de Nobby Knob duplica los especímenes previamente conocidos de la especie Buettnererpeton bakeri. Este aumento en el número de especímenes brinda una oportunidad para futuros estudios y podría ayudar a los científicos a fechar otros fósiles de metoposáuridos.
Buettnererpeton bakeri es el metoposáurido norteamericano más antiguo conocido. Esta especie vivió durante el período Triásico, que tuvo lugar hace entre 252 y 201 millones de años. El Triásico es el primero de los tres períodos comúnmente referidos como la "Era de los Dinosaurios".
Los temnospóndilos, incluido Buettnererpeton bakeri, fueron algunos de los primeros vertebrados en conquistar la tierra hace aproximadamente 350 millones de años. La mayoría de los temnospóndilos eran semiacuáticos, pero algunos se adaptaron para convertirse casi totalmente terrestres, volviendo al agua solo para reproducirse.
El descubrimiento en Nobby Knob representa una oportunidad para estudiar la especie Buettnererpeton bakeri y las causas de tales eventos de mortalidad masiva entre los temnospóndilos. Los autores sugieren estos como direcciones para investigaciones futuras.
"Esto destaca la importancia del mapeo y la recolección sistemática de datos durante la excavación y preparación de lechos de mortalidad masiva", señalaron los investigadores.
El artículo fue escrito con la ayuda de un sistema de análisis de noticias.